Uso del salto vertical con contramovimiento (CMJ) como indicador de fatiga neuromuscular

Sensibilidad del CMJ para detectar fatiga aguda y crónica

Numerosos estudios respaldan la sensibilidad del CMJ para evidenciar estados de fatiga tanto aguda (inmediata o de corto plazo) como crónica (acumulada por carga de entrenamiento). Tras esfuerzos intensos, es común observar disminuciones en el rendimiento del CMJ (por ejemplo, menor altura de salto) indicando fatiga aguda. En deportes de resistencia, Balsalobre-Fernández et al. (2014) encontraron que la altura de CMJ medida 90 minutos después de una carrera (800–5000 m) fue significativamente menor que la medida antes de la competencia, correlacionándose con incrementos en cortisol y percepción de esfuerzoscienceforsport.com. Esto sugiere que el CMJ capta de manera aguda la fatiga inducida por la competición. De forma similar, en un estudio con militares, un solo intento de CMJ fue suficiente para detectar fatiga tras operaciones prolongadas, sin ventaja de realizar cinco intentos en comparación con unoscienceforsport.com.

En cuanto a fatiga crónica o acumulada, la inclusión del CMJ de forma regular durante la temporada permite detectar tendencias relacionadas con la carga de entrenamiento. Por ejemplo, en corredores de mediofondo, el rendimiento en CMJ a lo largo de 39 semanas mostró correlaciones significativas con marcadores de fatiga crónica como el cortisol salival y el rating de esfuerzo percibido (RPE) scienceforsport.com. Notablemente, el CMJ de la semana previa al mejor rendimiento competitivo de la temporada fue superior al CMJ de la semana previa al peor rendimiento, indicando que niveles bajos de fatiga (y por tanto CMJ altos) se asociaron con mejores resultados deportivos scienceforsport.com. Estos hallazgos respaldan el uso del CMJ para monitorear la preparación neuromuscular del atleta: caídas sustanciales en el CMJ a lo largo de días o semanas pueden advertir sobre fatiga acumulada o sobreentrenamiento, mientras que recuperaciones o supercompensaciones se reflejan en mejoras del CMJ por encima de la línea base pubmed.ncbi.nlm.nih.gov.

A nivel práctico, en deportes de equipo se ha documentado que el CMJ disminuye tras los partidos, reflejando fatiga residual. En jugadores semiprofesionales de fútbol, el CMJ mostró excelente fiabilidad test-retest (ICC = 0.88) y cambios típicos bajos (CV ≈ 4.8% en altura de salto)mdpi.com. Se ha establecido que una reducción en la altura del CMJ mayor al ~1–2% puede considerarse significativa respecto a la variabilidad normal, sirviendo como umbral para identificar fatiga post-partido mdpi.commdpi.com. Por ejemplo, en el fútbol australiano (AFL), se reportó un CV 8.5% en altura de salto tras la competición y una mínima diferencia significativa (smallest worthwhile change) de apenas 1% mdpi.com, lo que implica que incluso una caída muy pequeña (≥1%) en el rendimiento de CMJ después de un partido podría ser relevante en atletas de élite. Asimismo, investigaciones en rugby profesional han demostrado que el seguimiento regular del CMJ durante la temporada es una herramienta valiosa para monitorear la fatiga neuromuscular acumulada e informar las decisiones de entrenamiento mdpi.commdpi.com. En resumen, la evidencia científica confirma que el CMJ es suficientemente sensible para detectar tanto la fatiga aguda (ej. de un día para otro) como la crónica (a lo largo de un ciclo de entrenamiento) en distintos niveles deportivos.

Variables clave del CMJ y su relación con la fatiga

El análisis detallado del CMJ proporciona múltiples variables biomecánicas que ayudan a entender el estado neuromuscular del atleta. Cada variable ofrece una perspectiva ligeramente distinta sobre cómo la fatiga afecta la producción de fuerza-potencia en el salto. Las principales variables y su relación con la fatiga incluyen:

  • Altura de salto (y tiempo de vuelo): Es la medida de rendimiento más común del CMJ, derivada del tiempo de vuelo. Una disminución en la altura alcanzada suele indicar una reducción en la capacidad de generar impulso y potencia debido a fatiga scienceforsport.com. Estudios muestran que, bajo fatiga, la altura de salto puede decaer significativamente inmediatamente tras ejercicio intenso, recuperándose tras 24–72 horas con el descanso pubmed.ncbi.nlm.nih.gov. La altura (o su análogo, el tiempo de vuelo) tiene buena fiabilidad (CV ~3–5% interdía) y por tanto una reducción mayor a ese margen suele considerarse significativamdpi.com. No obstante, deportistas muy motivados pueden a veces “esconder” la fatiga manteniendo la altura del salto a costa de alterar su técnica (por ejemplo, haciendo una contramovilidad más profunda o prolongada) scienceforsport.com. Por ello, se recomienda no depender exclusivamente de la altura para inferir fatiga.
  • RSI-mod (índice de fuerza reactiva modificado): Es la razón entre el tiempo de vuelo y el tiempo de contracción (desde que inicia el movimiento hasta el despegue) en el CMJ. Representa la explosividad neuromuscular o eficiencia del ciclo estiramiento-acortamiento en un salto sin fase de caída externa. Bajo fatiga, el tiempo de contracción suele aumentar (movimientos más lentos) mientras que el tiempo de vuelo disminuye, lo que conlleva una notable reducción del RSI-mod. De hecho, investigaciones en fútbol australiano utilizaron el FT:CT (flight time:contraction time) como indicador de fatiga: valores por debajo del 92% del valor basal identificaron a jugadores fatigados 96 h post-partido pubmed.ncbi.nlm.nih.gov. Este índice ha demostrado ser especialmente sensible para detectar fatiga por entrenamiento y competiciónmdpi.com. Cormack et al. (2008) observaron que jugadores fatigados prolongaban su tiempo de contracción para lograr alturas similares, “engañando” la prueba de salto; por ello, aconsejaron monitorear la duración del impulso (con o sin cálculo de RSI-mod) y no solo la alturascienceforsport.com. En suma, una caída del RSI-mod es un claro signo de fatiga neuromuscular, incluso si la altura de salto se mantiene.
  • Impulso: Corresponde a la integral de la fuerza vertical respecto al tiempo durante la fase de empuje (área bajo la curva fuerza-tiempo). El impulso neto determina la velocidad de despegue y, por ende, la altura del salto. Bajo fatiga, suele haber menor impulso generado por la musculatura extensora de piernas, ya sea por reducción de fuerza máxima o por acortamiento de la fase de impulsión. Un meta-análisis reportó que la impulsión media y otras métricas de fuerza-potencia disminuyen tras cargas de entrenamiento y aumentan durante la supercompensación, siendo variables útiles para rastrear la fatiga/recuperación pubmed.ncbi.nlm.nih.gov. La ventaja de medir el impulso (requiere plataforma de fuerza) es que integra tanto cambios en fuerza como en duración: por ejemplo, un atleta fatigado podría exhibir menor fuerza pico y/o acortar la fase concéntrica, resultando en menor impulso total. Este parámetro complementa la altura de salto para entender si una caída en rendimiento se debe a factores de fuerza, tiempo de aplicación o ambos.
  • Potencia pico y potencia media: La potencia mecánica generada durante el salto (derivada de fuerza x velocidad) es muy sensible a la fatiga. Estudios han encontrado descensos pequeños a moderados en la potencia pico y velocidad pico inmediatamente tras esfuerzos fatigosos, con efectos que suelen normalizarse en 24 h pubmed.ncbi.nlm.nih.gov. Una revisión reportó que variables como la potencia pico y media son capaces de reflejar efectos de supercompensación tras el entrenamiento pubmed.ncbi.nlm.nih.gov, evidenciando su utilidad para monitorear la respuesta del atleta. En contexto de fatiga aguda, una reducción de potencia pico sugiere que el atleta no puede producir fuerza tan rápidamente debido a fatiga neuromuscular central o periférica. La potencia media, al promediar toda la acción, también disminuye con fatiga y tiende a mostrar menos variabilidad que la altura de salto. En la práctica, entrenadores de fuerza que disponen de plataformas de fuerza suelen vigilar la potencia del CMJ como un indicador temprano de fatiga: una caída significativa de potencia (más allá del error típico) puede ser motivo para ajustar la carga de entrenamientopubmed.ncbi.nlm.nih.gov.
  • Fuerza pico y fuerza media: La fuerza máxima aplicada contra el suelo en el CMJ y la fuerza media a lo largo de la fase concéntrica aportan información sobre la capacidad contractil. Con fatiga aguda, especialmente si hay daño muscular, la fuerza pico puede disminuir ligeramente; sin embargo, algunos estudios encuentran que la fuerza máxima puede mantenerse más estable interdiariamente (CV ~3%) que la altura de salto mdpi.com. Por ejemplo, en jugadores de baloncesto NCAA División I la fuerza pico y media mostraron alta fiabilidad entre días (CV ~3%), a diferencia de la altura de salto que varió más (CV ~12%) mdpi.com. Esto sugiere que la técnica de salto (que afecta altura alcanzada) puede cambiar día a día, mientras que la capacidad de ejercer fuerza es más consistente. No obstante, reducciones concurrentes en fuerza pico/medio junto con caída de altura reforzarían la evidencia de fatiga neuromuscular marcada. La fuerza media durante el despegue, por su parte, ha demostrado ser extremadamente confiable (CV ~1–2%) en tests repetidos pubmed.ncbi.nlm.nih.gov y puede emplearse como métrica estable para detectar desvíos causados por fatiga o adaptación crónica pubmed.ncbi.nlm.nih.gov.
  • Duraciones de fases del movimiento: Además del tiempo total de contracción (ya mencionado), otros tiempos parciales como la duración de la fase excéntrica (contramovimiento) y concéntrica pueden analizarse. Bajo fatiga, a menudo la fase concéntrica se prolonga (es decir, el atleta tarda más en despegar) debido a una menor tasa de desarrollo de fuerza. Gathercole et al. (2015) reportaron que a las 72 h post-ejercicio fatigante se observó un aumento significativo en tiempos de ciertas fases del CMJ (p. ej., tiempo total de impulso) por encima de los valores basales, incluso después de haberse recuperado la altura de salto pubmed.ncbi.nlm.nih.gov. Esto indica que, al recuperarse, algunos atletas mostraron una especie de supercompensación en la estrategia de movimiento (movimientos algo más lentos pero generando más impulso). En cualquier caso, el análisis temporal es importante: cambios en la técnica de salto (más lento o con distinta profundidad de flexión) pueden ser signos sutiles de fatiga que pasarían desapercibidos si solo miramos la altura.

En síntesis, el CMJ proporciona un perfil completo del estado neuromuscular: la altura y el tiempo de vuelo reflejan el resultado final; el RSI-mod y tiempos de fase revelan la eficiencia y rapidez del esfuerzo; la fuerza, impulso y potencia aclaran si la capacidad de producir fuerza o potencia ha disminuido. 

Protocolos de evaluación del CMJ: frecuencia, cambios significativos y control de variabilidad

Para utilizar el CMJ como monitor de fatiga de manera efectiva, es crucial estandarizar el protocolo de evaluación, definir la frecuencia de medición y establecer criterios para interpretar los cambios observados. A continuación se abordan estos aspectos:

Frecuencia de evaluación: La frecuencia óptima depende del contexto y las necesidades, pero dado que el CMJ es rápido de realizar y no induce fatiga adicional significativa, muchos programas de entrenamiento de élite lo incluyen con regularidad. Es común realizar pruebas de CMJ semanalmente (ej. una vez por semana tras el día de descanso) o incluso varias veces por semana, por ejemplo antes de sesiones clave o 24–48 h después de competiciones para evaluar la recuperación. En entornos profesionales, algunos equipos miden el CMJ diariamente o antes de cada entrenamiento como parte de un “monitoring” matutino de la condición del atleta scienceforsport.com. Un enfoque práctico reportado en estudios longitudinales es medir el CMJ cada semana bajo condiciones controladas scienceforsport.com. Por ejemplo, Balsalobre-Fernández et al. midieron a sus atletas una vez por semana, siempre después de un calentamiento estandarizado, registrando el promedio de tres saltos scienceforsport.com. En general, se recomienda elegir una frecuencia que permita detectar tendencias sin entorpecer la dinámica del entrenamiento; una a dos veces por semana suele balancear bien la obtención de datos y la practicidad, mientras que en casos de vigilancia estrecha (p. ej., en torneos intensivos o fases críticas) puede justificarse una frecuencia mayor. Lo importante es ser consistente en los días y momentos elegidos (por ejemplo, siempre en las mañanas pre-entrenamiento o siempre 24 h post-partido) para que las mediciones sean comparables.

Estandarización y control de variabilidad: Minimizar las fuentes de variación ajenas a la fatiga es fundamental para que los cambios en el CMJ reflejen de verdad alteraciones en el estado neuromuscular y no ruido. Las mejores prácticas incluyen: realizar la prueba siempre en condiciones similares (hora del día, antes de entrenar, tras un calentamiento ligero estándar) scienceforsport.com, utilizando la misma técnica (se recomienda CMJ con manos en la cintura o sobre las caderas, sin balanceo de brazos, para reducir variabilidad) mdpi.comscienceforsport.com, y respetando una misma profundidad de contramovimiento. Muchos protocolos piden a los atletas flexionar las rodillas ~90° en la bajada; sin embargo, permitir que cada atleta use su profundidad auto-seleccionada a menudo mejora la fiabilidad intra-sujetomdpi.com. Lo esencial es que cada deportista sea consistente en cómo ejecuta el salto. También se sugiere dar siempre las mismas indicaciones verbales y con el mismo tono/motivación antes de cada intento (por ejemplo: “salta lo más alto posible” dicho de forma neutra cada vez), para no introducir sesgos motivacionalesscienceforsport.com. Durante el vuelo, se instruye al atleta a mantener las piernas extendidas (sin “encoger” rodillas) porque flexionarlas en el aire podría inflar artificialmente el tiempo de vuelo y dar una altura incorrectascienceforsport.com.

Además, generalmente se realizan múltiples intentos por sesión: lo típico son 3 saltos máximos separados por ~60 segundos de descansoscienceforsport.com. Tomar el promedio de al menos tres intentos mejora la estabilidad de la medida y es más sensible para detectar cambios que usar solo el mejor intentomdpi.comscienceforsport.com. De hecho, el meta-análisis de Claudino et al. recomienda usar la marca promedio del CMJ en monitoreo de fatiga, ya que demostró mayor sensibilidad que la marca máxima aislada mdpi.comscienceforsport.com. No obstante, si el tiempo o la logística solo permiten un intento, investigaciones indican que un solo salto bien ejecutado aún puede reflejar la fatiga adecuadamente scienceforsport.com, aunque es menos robusto frente a variaciones aleatorias. Para garantizar que los atletas den su máximo esfuerzo en cada prueba (evitando intentos sub-máximos), es útil incorporar la prueba en la rutina habitual y familiarizar a los deportistas con la misma. Atletas sin experiencia con el CMJ pueden necesitar una o más sesiones de práctica para obtener mediciones confiables; tras familiarización, incluso deportistas de nivel amateur pueden lograr una alta fiabilidad en sus saltos researchgate.net. Los atletas de nivel competitivo suelen mostrar menor variabilidad intrínseca en el CMJ (por su mayor familiaridad con gestos explosivos), mientras que novatos pueden presentar más fluctuación hasta que se adaptan al test. En cualquier caso, mantener constante el dispositivo de medición y las condiciones ambientales (superficie, calzado) también ayuda a reducir la variabilidad técnica.

Interpretación de cambios significativos: Una vez recopilados los datos de CMJ, el desafío es distinguir cambios “reales” debidos a fatiga (o mejora) de la variación normal. Para ello, se emplean conceptos estadísticos como el coeficiente de variación (CV) y el mínimo cambio significativo o smallest worthwhile change (SWC). Estudios en distintos deportes han reportado CV inter-día típicos del orden de 3–6% para la altura de salto en condiciones controladasmdpi.commdpi.com. En otras palabras, si un atleta usualmente salta 40 cm, cabe esperar fluctuaciones naturales de ±1–2 cm aproximadamente sin que ello implique un cambio verdadero en su estado. Por tanto, una disminución mayor al 5% (~2 cm en este ejemplo) en la altura de salto respecto al valor basal o promedio reciente probablemente indique fatiga aguda significativa. Algunos trabajos han calculado el SWC en ~1–2% para atletas de élite mdpi.commdpi.com, lo cual es un criterio muy sensible; en la práctica, muchos preparadores utilizan umbrales algo más amplios (por ej., ~5%) para declarar que hay fatiga significativa, para evitar falsos positivos. Otra estrategia recomendada es usar puntajes z (Z-scores) o desviaciones estándar del propio atleta scienceforsport.com. Si se dispone del historial del atleta, se puede calcular su media y desviación estándar de CMJ en estado “fresco”: un resultado que caiga, por ejemplo, a 1 desviación estándar por debajo de la media individual podría tomarse como alerta de fatiga incipiente, y si cae a 2 desviaciones o más, como señal de fatiga marcada. McLean et al. (2010) emplearon precisamente un criterio de z = –1 para identificar jugadores fatigados en rugby scienceforsport.com. Este enfoque individualizado es útil porque considera la variabilidad normal de cada atleta. Adicionalmente, conviene observar tendencias más que cambios aislados: una ligera caída sostenida varios días seguidos puede ser más preocupante que una caída aguda de mayor magnitud seguida de rápida recuperación. Integrar otras fuentes de información (p. ej. cuestionarios de bienestar, frecuencia cardíaca, dolor muscular) ayudará a confirmar si un cambio en CMJ refleja realmente fatiga neuromuscular o pudo deberse a otros factores. En suma, se interpreta un descenso consistente o excesivo en el CMJ como signo de fatiga: la magnitud y duración de ese descenso guiarán cuánta atención o intervención se requiere.

Diferencias entre atletas profesionales y amateurs en la aplicación del CMJ

Aunque los principios para usar el CMJ como indicador de fatiga son similares, existen diferencias prácticas importantes entre atletas de élite y deportistas amateurs/recreativos en cuanto a su aplicación:

  • Experiencia y consistencia: Los atletas profesionales suelen estar más acostumbrados a test físicos y a esfuerzos explosivos repetidos, lo que se traduce en datos de CMJ más consistentes y confiables. Como se mencionó, jugadores de baloncesto de alto nivel mostraron patrones de salto muy reproducibles día a día, atribuible a que en su entrenamiento realizan saltos y movimientos de alta intensidad con regularidad mdpi.com. En cambio, en deportistas amateurs la ejecución del CMJ puede ser más variable; pequeños cambios en técnica o motivación pueden afectar la altura de salto. Por ello, con amateurs es especialmente importante realizar sesiones de familiarización y promediar múltiples intentos para obtener una medida representativa researchgate.net. También es más probable que un amateur mejore su rendimiento en CMJ a medida que aprende la técnica (efecto de aprendizaje), incluso sin cambios en su estado de fatiga. En atletas entrenados, este efecto de aprendizaje es mínimo o nulo, pues ya operan cerca de su potencial técnico en el salto.
  • Magnitud de cambios con la fatiga: Los atletas de élite tienden a tener sistemas neuromusculares más eficientes y pueden resistir mejor la fatiga aguda, presentando a veces caídas porcentuales menores en el CMJ tras cargas intensas, en comparación con deportistas recreativos. Por ejemplo, un jugador profesional quizá experimente una disminución de solo 2–3% en su altura de salto después de un partido, mientras que un deportista poco entrenado podría ver reducciones mayores ante esfuerzos similares. Sin embargo, también es cierto que los atletas profesionales entrenan al límite y acumulan cargas muy altas, por lo que la fatiga crónica (si no se gestiona bien) puede manifestarse en caídas notables del CMJ a lo largo de una temporada exigente. En amateurs, la fatiga crónica extrema (sobreentrenamiento) es menos común, pero pueden experimentar fluctuaciones por factores extradeportivos (trabajo, estudio, sueño) que afectan su recuperación y se reflejan en el CMJ. Es decir, en un contexto amateur, una mala noche de sueño o estrés laboral podría degradar el salto de un día a otro más de lo esperado, confundiendo con “fatiga” física.
  • Acceso a tecnología y variables avanzadas: En programas profesionales se suele contar con equipamiento especializado (plataformas de fuerza, sistemas ópticos, etc.) y personal científico que permite recopilar un abanico amplio de métricas del CMJ (fuerza, impulso, RSI-mod, etc.). Esto posibilita una evaluación más fina de la fatiga. Por ejemplo, un equipo de alto rendimiento puede detectar que un jugador mantiene la altura de salto pero muestra caída en la potencia pico o en el RSI-mod, lo que activa alertas de fatiga incipiente scienceforsport.com. En entornos amateurs, es más frecuente que solo se mida la altura de salto (por ser lo más accesible, mediante apps móviles o plataformas sencillas). Al no disponer de todos los datos de la curva fuerza-tiempo, la interpretación se simplifica y puede perderse detalle. Además, un entrenador amateur puede no tener el tiempo o formación para analizar múltiples variables, por lo que se enfoca en indicadores simples. Esto no significa que el CMJ no sea útil para amateurs – de hecho, incluso midiendo solo la altura, puede dar una buena guía del estado de fatiga scienceforsport.com. Pero se debe ser consciente de sus limitaciones: con menos control de variables, un resultado bajo de altura en un atleta recreativo “debería alertar al entrenador para investigar más a fondo si el atleta está fatigado” en lugar de asumirlo automáticamentescienceforsport.com. En síntesis, los profesionales aprovechan al máximo el CMJ con evaluaciones integrales y frecuentes, mientras que los amateurs pueden usar versiones simplificadas de la prueba, obteniendo igualmente beneficios pero con precaución en la interpretación.
  • Integración al programa de entrenamiento: Los equipos profesionales suelen incorporar el CMJ como parte rutinaria de su monitoreo diario o semanal, con protocolos bien definidos y seguimiento longitudinal de cada atleta. Esto permite decisiones rápidas, como modificar la carga de entrenamiento en base a tendencias en el CMJ (ver siguiente sección). En contraste, en niveles amateur puede que la prueba se realice de forma más esporádica (por ejemplo, antes y después de un ciclo de entrenamiento, o cuando se sospecha fatiga). La cultura de monitoreo está más arraigada en el deporte de élite; en deportistas recreativos, la motivación y constancia para testearse periódicamente puede variar. Sin embargo, con la proliferación de apps de bajo costo, cada vez más atletas aficionados comienzan a utilizar el CMJ para autoseguimiento, especialmente aquellos orientados a rendimiento. Un punto a favor en amateurs es que el CMJ ofrece una alternativa objetiva y no invasiva frente a métodos costosos o difíciles (análisis sanguíneos, etc.), permitiendo a un deportista sin gran infraestructura tener alguna medida de su estado de recuperación mdpi.commdpi.com.

En resumen, las diferencias clave radican en la disponibilidad de recursos y la fiabilidad de la prueba: los atletas profesionales cuentan con más medios para un monitoreo detallado y presentan respuestas más estables en el CMJ, mientras que en atletas amateurs se debe poner énfasis en estandarizar y educar para obtener beneficios similares. Pese a esas diferencias, en ambos grupos el CMJ puede ser una herramienta valiosa de control de la fatiga neuromuscular, ajustada a las escalas y posibilidades de cada contexto.

Herramientas tecnológicas utilizadas para medir el CMJ

Para cuantificar el CMJ en la práctica existen diversas herramientas tecnológicas, que varían en complejidad, precisión y costo. Entre las más utilizadas se encuentran:

  • Plataformas de fuerza: Son el método de laboratorio de mayor precisión (gold standard) para evaluar saltos scienceforsport.com. Miden la fuerza de reacción del suelo a alta frecuencia, permitiendo calcular con exactitud la altura (mediante integración de la curva fuerza-tiempo) y extraer todas las variables de interés (fuerza pico, impulso, tiempos, potencia, etc.). Su confiabilidad es excelente y proporcionan una rica información sobre la mecánica del salto. Su desventaja es el costo elevado y la menor portabilidad. No obstante, muchos equipos profesionales y centros de investigación las utilizan rutinariamente para seguimiento de atletas. Una plataforma de fuerza bien calibrada puede detectar cambios muy sutiles en el rendimiento de CMJ (por ejemplo, diferencias de <1 cm en la altura o leves variaciones en la fuerza).
  • Plataformas de contacto (alfombras de salto): Son dispositivos portátiles más asequibles que detectan cuándo el atleta está en contacto con el suelo y cuándo está en el aire. Básicamente constan de una alfombra sensible o base con interruptores que registran instantáneamente el momento del despegue y el aterrizaje. A partir del tiempo de vuelo medido, el software calcula la altura de salto usando fórmulas balísticas (asumiendo aceleración de la gravedad constante) scienceforsport.com. Estas alfombras son populares por su simplicidad: brindan la altura de salto (y a veces el tiempo de contacto en test repetitivos) con buena validez. Son adecuadas para monitoreo en campo con grupos grandes, ya que las pruebas se realizan rápidamente. Su precisión puede verse afectada si el atleta flexiona piernas en el aire o si despega un pie antes que otro, pero con instrucciones adecuadas estos errores se minimizan. En general, las plataformas de contacto ofrecen una solución práctica y han sido utilizadas incluso en investigaciones con atletas para seguimiento longitudinal scienceforsport.com.

 

En la práctica, la elección de la herramienta depende de un balance entre la precisión requerida y los recursos disponibles. Un club profesional podría emplear plataformas de fuerza en evaluaciones semanales detalladas, usar una alfombra de contacto en el vestuario tras cada partido (por rapidez). Así, la clave es mantener la consistencia en la herramienta usada (no alternar frecuentemente entre métodos distintos sin calibración cruzada) y conocer el margen de error de la misma para interpretar adecuadamente los cambios en los resultados.

Aplicación de los resultados del CMJ en la toma de decisiones de entrenamiento

El objetivo final de monitorear el CMJ es informar la toma de decisiones para optimizar el rendimiento y la salud del deportista. A continuación se describen algunas aplicaciones prácticas de los resultados del CMJ en la planificación y ajuste del entrenamiento:

  • Ajuste de carga diaria y recuperación: Muchos preparadores físicos utilizan el CMJ como un indicador de readiness (preparación) antes de una sesión. Si un atleta presenta una caída notable en su rendimiento de CMJ en la mañana (por ejemplo, >5% por debajo de su promedio habitual), esto sugiere un estado de fatiga neuromuscular elevada. En tal caso, el entrenador puede decidir modificar la sesión prevista: reduciendo la intensidad o volumen, enfocándose más en recuperación activa, o sustituyendo un entrenamiento intenso por técnicas regenerativas. La evidencia respalda esta práctica: una revisión sobre monitorización de fatiga en élite concluye que ajustar la carga según indicadores como el CMJ puede prevenir acumulación excesiva de fatiga y riesgo de lesión mdpi.comscienceforsport.com. Por ejemplo, si un jugador de rugby muestra un CMJ muy deprimido 2 días después de un partido, el cuerpo técnico podría darle un día adicional de descanso o entrenamiento ligero, en lugar de forzarlo a una sesión pesada de gimnasio, optimizando así su recuperación para el siguiente partido. Inversamente, si el CMJ de un atleta está por encima de su línea base (indicando un posible estado de supercompensación), puede ser un buen momento para entrenar fuerte o buscar un rendimiento máximo. En resumen, el CMJ actúa como un “semáforo” diario: valores inusualmente bajos encienden la luz roja (precaución: bajar carga), valores normales luz verde (continuar según plan) y valores excepcionalmente altos luz azul (potencial para aprovechar estado de forma).
  • Periodización y planificación a largo plazo: A nivel de mesociclos y temporada, el seguimiento del CMJ ayuda a evaluar si la planificación está logrando el efecto deseado (fatiga acumulada seguida de supercompensación). Durante fases de carga elevada (por ejemplo, una semana de entrenamiento muy intenso o campamentos de pretemporada), es esperable ver un descenso progresivo en la altura de CMJ a medida que la fatiga se acumula. Esto confirma que el estímulo está siendo suficiente para estresar al atleta. Lo importante es ver luego una recuperación del CMJ tras el periodo de descarga o taper. Si, por el contrario, el CMJ permanece crónicamente deprimido durante semanas, podría indicar sobreentrenamiento funcional o falta de recuperación, sugiriendo al entrenador revaluar la periodización. Claudino et al. notaron que variables de CMJ captan bien los efectos de supercompensación – es decir, tras un bloque duro seguido de recuperación, el CMJ puede rebotar a valores mayores que los inicialespubmed.ncbi.nlm.nih.gov. Este aumento por encima del basal suele correlacionar con mejoras de rendimiento (fuerza-potencia) inducidas por el entrenamiento exitoso. Por tanto, los picos y valles del CMJ a lo largo de un macrociclo brindan retroalimentación sobre si el atleta está respondiendo positivamente a la carga o si se está pasando de la raya. En la planificación moderna, algunos preparadores incorporan semanas de descarga no en fechas fijas sino cuando los indicadores de fatiga lo aconsejan (periodización flexible). El CMJ puede ser uno de esos indicadores: si varios atletas muestran CMJ bajos por dos semanas seguidas, quizá se adelante una semana ligera para permitir recuperación, en lugar de adherirse rígidamente al plan original.
  • Detección de fatiga acumulada y prevención de sobreentrenamiento: Relacionado con lo anterior, un descenso persistente del CMJ a lo largo de varias mediciones es una bandera roja. Por ejemplo, Thorpe et al. (2017) destacan que monitorear cambios de CMJ a nivel individual permite identificar a deportistas que no están respondiendo bien a la carga antes de que se lesionen o caigan en sobreentrenamiento mdpi.commdpi.com. Un caso práctico: en un equipo de fútbol, 2 de 20 jugadores muestran tendencias descendentes en su CMJ semanal durante 3 semanas, mientras el resto se mantiene. Eso sugiere que esos 2 jugadores están acumulando fatiga en exceso, tal vez por factores individuales (peor recuperación, más minutos jugados, etc.). El cuerpo técnico podría entonces intervenir selectivamente: ajustar el entrenamiento de esos jugadores, revisar su recuperación (sueño, nutrición), o incluso hacer pruebas médicas si se sospecha algún problema. De esta forma, el CMJ individualizado complementa la percepción general del equipo y permite afinar la gestión de cargas a nivel personalmdpi.com.
  • Decisiones de rotation y alineación en competencia: En deportes de equipo, la información de CMJ puede influir en decisiones tácticas. Si un jugador clave muestra un CMJ inusualmente bajo el día antes de un partido (indicando que aún está fatigado o no recuperó bien), el entrenador podría optar por usar un suplente más fresco o limitar los minutos de ese jugador, para evitar bajo rendimiento o lesión. Varios cuerpos técnicos en deportes profesionales utilizan baterías de tests (incluyendo CMJ) en las concentraciones pre-partido para estimar el estado de los jugadores. Un caso documentado fue en rugby: jugadores con CMJ muy deprimidos después de una serie de partidos seguidos fueron gestionados con menos tiempo de juego para evitar lesiones musculares, basándose en la evidencia de que la función neuromuscular reducida eleva riesgo de lesión. Aunque estas decisiones no se toman únicamente con un dato, el CMJ aporta una pieza objetiva al rompecabezas (junto con la evaluación subjetiva del jugador, evaluaciones fisiológicas, etc.). En torneos de formato denso (varios juegos por semana), este tipo de monitoreo puede ser crítico para decidir rotaciones.
  • Retorno de lesión y evaluaciones de capacidad: El CMJ también se emplea en procesos de rehabilitación y retorno al deporte, particularmente para lesiones de las extremidades inferiores. Antes de autorizar a un atleta a volver a la competición, se busca que haya recuperado niveles cercanos al 100% de su rendimiento neuromuscular previo. Comparar el CMJ actual con su registro histórico puede indicar si persiste déficit. Por ejemplo, tras una lesión de rodilla, se espera que la altura de salto y la potencia vuelvan a los valores pre-lesión (o al menos >90% de estos) antes de dar el alta deportiva completa. Además, plataformas de fuerza permiten analizar la simetría en el CMJ: si al saltar bilateralmente el atleta carga más en la pierna no lesionada, habrá una asimetría en la curva de fuerza. Esta información es valiosa para fisioterapeutas y readaptadores, ya que una asimetría marcada podría predisponer a re-lesión. Solo cuando el perfil de fuerza y tiempo del CMJ se ve simétrico y restaurado, el atleta estaría verdaderamente listo para competir sin restricciones. En cuanto a fatiga, durante la reintroducción al entrenamiento, el CMJ puede ayudar a no sobrecargar al atleta: si después de ciertos entrenamientos de rehabilitación se observa una caída importante en CMJ al día siguiente, se ajusta el programa para evitar fatiga excesiva que entorpezca la recuperación. Resumiendo, en rehabilitación el CMJ sirve tanto como criterio de progreso (regreso a los valores base) como para monitorizar la tolerancia al aumento de carga.
  • Orientación de contenidos de entrenamiento (fuerza vs. potencia): Algunos preparadores también analizan las variables del CMJ para decidir en qué cualidades enfocarse. Por ejemplo, si en un atleta se observa crónicamente un tiempo de contracción elevado y un RSI-mod bajo (aunque la altura sea aceptable), podría interpretarse que le falta explosividad o reactividad. Entonces se pueden introducir más ejercicios pliométricos o de velocidad de movimiento en su programación. En cambio, si otro atleta tiene tiempos cortos pero poca altura (bajo impulso), quizás necesite trabajar fuerza máxima para elevar su capacidad. De esta forma, el perfil de CMJ en estado fresco también orienta la periodización de las capacidades neuromusculares. No es directamente un indicador de fatiga, pero es un uso complementario: a medida que el atleta entrena, su perfil de salto debería mejorar según lo planificado (p. ej., aumento de potencia, mejor RSI). Cualquier estancamiento o retroceso inesperado podría hacer replantear el enfoque de entrenamiento.

En conclusión, integrar el CMJ en la toma de decisiones permite un entrenamiento más individualizado y reactivo. Ya sea para modular la carga diaria, planificar las semanas de descarga, prevenir sobreesfuerzos, o evaluar la recuperación post-lesión, el CMJ brinda información objetiva valiosa. Eso sí, los expertos recomiendan que no se use de forma aislada: combinar los datos de CMJ con otras métricas (como RPE del atleta, marcadores de bienestar, frecuencia cardíaca, etc.) ofrece una visión más completa del estado del deportista scienceforsport.com. Por ejemplo, una caída de CMJ acompañada de RPE alto y mal humor claramente señala fatiga, mientras que una caída de CMJ sin otros síntomas podría ser solo variabilidad. Usado con criterio, el CMJ se ha convertido en un aliado clave para entrenadores y científicos del deporte en el monitoreo de la fatiga neuromuscular, contribuyendo a optimizar el rendimiento y reducir riesgos en poblaciones tanto de elite como recreativas.

Conclusiones

El salto con contramovimiento (CMJ) es una herramienta técnico-científica robusta para indicar el estado de fatiga neuromuscular en deportistas. La literatura científica actual respalda su sensibilidad para detectar tanto fatiga aguda post-ejercicio (reflejada en descensos inmediatos del rendimiento de salto) como fatiga crónica por acumulación de carga (tendencias sostenidas de disminución en mediciones periódicas)scienceforsport.comscienceforsport.com. Variables clave como la altura de salto (tiempo de vuelo), el RSI-mod (tiempo de vuelo/tiempo de contracción), el impulso, la potencia y la fuerza ofrecen una mirada multifacética a la funcionalidad neuromuscular, y se ven afectadas de manera característica bajo fatigapubmed.ncbi.nlm.nih.govpubmed.ncbi.nlm.nih.gov.

Para aprovechar al máximo el CMJ, es esencial implementar protocolos consistentes: medir con la frecuencia adecuada (por ejemplo semanalmente o en puntos estratégicos), bajo condiciones estandarizadas (misma hora, mismo calentamiento, técnica uniforme) y utilizando varios intentos promediados para minimizar la variabilidadscienceforsport.comscienceforsport.com. La interpretación de cambios debe considerar la variabilidad normal (CV, SWC) para distinguir señales reales de fatiga de fluctuaciones aleatoriasmdpi.commdpi.com. En atletas de élite, el CMJ se incorpora rutinariamente con alta precisión y variables avanzadas, mientras que en deportistas amateurs se puede aplicar de forma más simple (por ej. midiendo solo la altura con una app), reconociendo la necesidad de mayor familiarización y cautela en la interpretaciónscienceforsport.comresearchgate.net.

Distintos dispositivos, desde plataformas de fuerza y alfombras de contacto, hasta han demostrado ser válidos y fiables para cuantificar el CMJ scienceforsport.compubmed.ncbi.nlm.nih.gov, haciendo viable su uso en una amplia variedad de entornos. Esto ha democratizado el seguimiento de la fatiga: hoy en día tanto un preparador físico de un club profesional como un atleta autodidacta pueden apoyarse en el CMJ para monitorear su estado de forma.

Finalmente, el verdadero valor del CMJ radica en cómo sus resultados guían decisiones informadas en el entrenamiento. La evidencia y la experiencia práctica muestran que ajustar las cargas de entrenamiento en respuesta a indicadores de fatiga en el CMJ ayuda a maximizar adaptaciones y prevenir sobrecargas scienceforsport.com. Asimismo, observar mejoras en el CMJ tras fases de recuperación confirma la eficacia de la periodización y la supercompensación lograda pubmed.ncbi.nlm.nih.gov. En rehabilitación, el CMJ sirve como criterio objetivo de recuperación funcional antes del retorno al deporte. En suma, el CMJ se ha consolidado como un indicador confiable, sensible y práctico de la fatiga neuromuscular, cuyo uso estratégico contribuye a un entrenamiento más seguro y eficaz sustentado en datos científicos actualizados.

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